Data Storytelling: el “Había una vez…” de la Comunicación Interna.
En Gratia tenemos un super equipo de Analítica, pero en realidad, es un equipo de storytellers que cuentan historias basadas en datos. Aunque éstos no dicen nada si no están contextualizados dentro del propósito de la empresa, la estrategia de CCII y la experiencia de los colaboradores: siempre son parte de una narrativa más amplia.
¡Ah, pero yo tengo dashboards para todo! Felicitaciones, pero no alcanza. Un dashboard es maravilloso para mostrarte datos, pero no necesariamente para relacionarlos.
Un ejemplo super básico: si en el indicador de velocidad del auto leés 130 km/h, es un dato. Ahora, ¿estás en una ruta o en una ciudad? Ese mismo número, en el contexto, puede ser tranquilizante o alarmante. Y si lo relacionás con otros, como si tenés sueño o no, si es de día o de noche, o cualquier otra cosa que genere sentido, recién ahí el dato te permitirá tomar decisiones.
En este snack 🍉 te compartimos algunos criterios para que puedas encontrar datos útiles, relacionarlos, crear narrativa consultiva y agregar mucho más valor que lo que haría un dashboard.
El poder de contextualizar.
Para que un dato realmente cuente una historia, debe tener contexto. Los números sin explicación generan más preguntas que respuestas. La tasa de apertura de los correos electrónicos internos puede parecer impresionante, pero ¿qué significa eso para el compromiso de los colaboradores? ¿Cómo impacta en la productividad? ¿Contribuye a la cultura organizacional? ¿Cómo unimos mensajes con conductas? ¿Cómo relativizamos índices con situaciones o momentos-empresa? Los datos deben ser presentados dentro del marco de la estrategia de la empresa para que tengan sentido.
Por ejemplo, si una campaña interna busca mejorar el bienestar de los colaboradores, los datos deben mostrar cómo las iniciativas de bienestar están mejorando los niveles de estrés, la satisfacción laboral y la retención de talento. Sin esta conexión clara, los números sólo parecen cifras aisladas sin ninguna implicación real.
Elegir métricas de múltiples fuentes, que tengan sentido y se puedan relacionar.
El uso de métricas clave es estratégico. No sólo hay que considerar las de comunicación, sino buscar otras que se relacionen con efectividad de las campañas: pueden ser del área de RRHH, de ventas, de Talent Acquisition, de marca empleadora, hasta de Seguridad e Higiene. Algunas son más útiles que otras para medir el éxito pero, a priori, no descartes ninguna, porque cualquier indicador que pueda ser influenciado por campañas de comunicación, debe ser considerado. Aquí es donde trabajamos junto al cliente y sus equipos de datos para seleccionar las métricas correctas que permitan entender los efectos de las comunicaciones y se alineen con las prioridades estratégicas de la organización.
Por ejemplo, en lugar de medir sólo la cantidad de posteos en alguna red interna, o la tasa de apertura de correos electrónicos, los líderes de comunicación deben enfocarse en indicadores como la participación activa, el nivel de feedback de los colaboradores, la efectividad de las campañas en la mejora del ambiente de trabajo o el impacto en la retención. Estas métricas, cuando se presentan en una narrativa adecuada, pueden ayudar a demostrar un ROI claro para la comunicación interna.
Llegando al C-Level: la narrativa como puente entre los datos y la estrategia.
Los datos arrancan de abajo, la información sube y el conocimiento llega arriba. La verdadera magia del data storytelling ocurre cuando los datos se colocan dentro de aprendizajes y una narrativa que resalta su relevancia en la estrategia. No se trata de mostrar un aumento en la participación de un programa interno, sino de contar la historia de cómo ese aumento influyó en el engagement o negocio, o mejoró la rotación, por ejemplo.
Al conectar los datos y las causas y efectos con las metas estratégicas de la empresa, podés demostrar cómo tus acciones están impulsando el éxito organizacional. Por ejemplo, al mostrar cómo una mejora en la comunicación interna redujo los tiempos de resolución de conflictos, no sólo estás demostrando un cambio operativo, sino que también estás ilustrando el impacto positivo en la experiencia laboral.
Lo obvio: la transparencia.
Sabemos que los éxitos tienen muchos padres y los fracasos siempre son huérfanos. Pero si una campaña no tuvo los resultados esperados, ¡no la dibujes! Los datos pueden ayudarnos a indagar qué funcionó y qué no, y descubrir patrones a repetir o a evitar.
Mostrar tanto los éxitos como los fracasos, y cómo se está utilizando la analítica para aprender y mejorar, fortalece la reputación del equipo de CCII. Un equipo que demuestra transparencia y usa los datos para mejorar continuamente es un verdadero activo estratégico para el C-Level.
La bola de cristal y los datos predictivos.
¿Vos sabés lo que pasará en el futuro? ¡Nosotros tampoco! Pero, a medida que la tecnología y las herramientas de análisis avanzan, podemos analizar patrones y tendencias pasadas para predecir futuros comportamientos.
Por ejemplo, el análisis predictivo podría ayudar a identificar qué tipo de comunicación interna será más efectiva para ciertos grupos demográficos dentro de la organización, lo que te permitirá personalizar los mensajes y mejorar la relevancia.
El data storytelling no termina con la creación de una narrativa convincente. El verdadero poder radica en lo que hacés con esa información después de haberlos contextualizado dentro de tu estrategia. Aquí es donde entra el concepto clave del “del dato al insight y del insight a la prescripción”. Separemos las cosas:
Del dato al insight.
Cuando se analizan a fondo los datos y se interpretan en relación con el entorno, los objetivos estratégicos y la experiencia de los colaboradores, se transforman en insights valiosos. Un insight es mucho más que una simple cifra: es una revelación. Acá es donde debemos usar el máximo pensamiento crítico posible, buscando no sólo lo que los datos dicen en la superficie, sino también lo que nos pueden enseñar sobre el comportamiento y las necesidades de los colaboradores.
Del insight a la prescripción… y al aprendizaje constante.
Este paso es el que realmente cierra el ciclo del data storytelling. Los insights contemplativos no alcanzan; deben convertirse en acciones tangibles y concretas que puedan afectar la forma en que la organización se comunica con sus colaboradores, los conecta con la cultura e influye en sus comportamientos.
Este enfoque transformador va más allá de los simples cambios operativos: implica un proceso continuo de ajuste y aprendizaje. A medida que se aplican las prescripciones derivadas de los insights, los datos comienzan a mostrar los resultados de esas acciones. Con el tiempo, este ciclo de feedback permite a las organizaciones mejorar continuamente, refinar sus estrategias de comunicación y hacer que cada interacción con los colaboradores sea más relevante y menos spameante (¿existe la palabra?).
Gracias por leer este Gratia snack. ¡Ahora andá a crear algo increíble!
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