Convertí a tus colaboradores en influencers internos.

¿Te preocupa enviar correos que vayan directo al spam? ¿O postear en tus plataformas internas con una voz anónima que no conecta, en vez de alguien real?

También es una preocupación para los clientes de Gratia. Las “áreas parlantes” son entelequias lejanas que, al final, se convierten en irrelevantes. Así que este snack 🥪 te comparte ideas para aprovechar el poder de los influencers orgánicos y que logres impulsar el engagement y maximizar el impacto de tus comunicaciones internas.

Ah, en aras de la snackidad (o brevedad, como prefieras) lo dividimos en dos partes:

Cómo identificarlos.

Cómo empoderarlos.

 

Cómo identificarlos: cuatro indicadores.

No necesitás herramientas sofisticadas para identificar a tus líderes naturales. Observá con atención a tus colaboradores y buscá:

1. Referentes de temas: líderes o referentes de temáticas, negocios, áreas, cuya voz tenga autoridad. 2. Liderazgo informal: personas que, sin ocupar cargos jerárquicos, influyen positivamente en sus equipos. 3. Habilidades comunicativas: colaboradores con capacidad de conectar con los demás y construir relaciones sólidas. 4. Experiencia y conocimiento: colaboradores (o necesariamente líderes) con expertise en áreas específicas, capaces de compartir información valiosa con sus colegas.  

Cómo empoderarlos: cuatro vitaminas.

Una vez que hayas mapeado a estas personas, pasemos a darles mayor poder.

1. Capacitalos: proporcioná a tus influencers herramientas para comunicar eficazmente, crear narrativas atractivas y utilizar responsablemente las plataformas internas. Pueden ser capacitaciones internas por parte del equipo de CCII o externas de alguien experto en desarrollo de marca personal. Si no se animan a escribir, sé su ghostwriter y hacelo vos, pero respetando su voz. 2. Empoderalos: permití a tus influencers comunicar con su propio estilo y conectar auténticamente con su audiencia (siempre respetando los valores y los mensajes claves de la empresa). 3. Co-creá contenido atractivo con ellos: encuentren o piensen historias que emocionen, datos que sorprendan y mensajes que resuenen. No tengas miedo de usar diferentes formatos como videos, gifs o infografías, o humor (¡hola, memes!). 4. Usá la analítica: apalancate en los datos para medir el alcance, el engagement y resultados de sus participaciones. Medí el timing, formatos, lugares en donde publica. Aprendé todo y ajustá en base a eso.  

¿Y funciona? ¡Hey, no hubiéramos escrito este snack si no diera resultado!

Humaniza, acerca, da credibilidad, multiplica conversaciones, mejora lo que decimos y aumenta el compromiso. Y el compromiso no es algo etéreo, sino que impacta directamente en la rentabilidad. Un estudio de Gallup (2022) demuestra que las empresas con altos niveles de compromiso tienen un 21% más de rentabilidad y aumentan sus ganancias hasta tres veces más rápido que sus competidores.

Por lo tanto, si bien no son la única palanca para lograrlo, los influencers orgánicos son una pieza clave para la rentabilidad.

 

Y se termina (o empieza, si lo ponés en práctica).

Quisiéramos cerrar este snack con un pensamiento muy breve: no hay tecnología que no pueda mejorarse con un toque humano. Con alguien cuya influencia positiva fluya y conecte a toda la organización.

Por lo tanto, detectar, empoderar, cuidar y reemplazar a estas personas es un must para los equipos de CCII. Un esfuerzo continuo que, aunque sencillo en su planteamiento, requiere de método y consistencia, porque tiene un impacto profundo y sostenible en la cultura y los resultados.

Ni más.

Ni menos.

Gracias por leer este Gratia snack. ¡Ahora andá a crear algo increíble!

 

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UGC: dejá que tu audiencia escriba la campaña.

¿Hay que aprender otra sigla más? ¿En serio? ¿Se prouncia “ugecé” o “iushisí”? Paciencia, queridos snackeros, les aseguramos que este snack 🍒les ayudará a conseguir mejores resultados, tanto si sos marketer como comunicador interno. Garantiza Gratia. Ahre.

El User Generated Content (UGC, pronuncialo como quieras) o Contenido Generado por el Usuario, es el nuevo oro de las marcas.

Si no nos creés, pensá en vos mismo: ¿no te atrae o le das credibilidad al contenido hecho por personas? ¿No te parece más convincente que un anuncio? Cero misterio, es pura psicología, porque en el UGC viven tres cosas: autenticidad, credibilidad y alcance.

Es auténtico porque nace de la experiencia real y espontánea de los consumidores. Y la autenticidad es un valor en un mundo saturado de ruido.

Es creíble porque las recomendaciones de personas pesan más que cualquier comunicación de una empresa. Si ves a alguien utilizando y disfrutando de un producto, es más probable que te sientas tentado a probarlo.

Y es viral (tiene alcance) porque un video divertido, una foto inspiradora o una historia conmovedora pueden convertirse en virales en cuestión de horas.

La suma de estas tres cosas es pura conexión y engagement.

   

Miedos, ¡afuera!

Muchos marketers o comunicadores tienen tres miedos que los frenan de implementar UGC. Acá te los contamos y te decimos cómo disolverlos:

1. Miedo a la autenticidad sin filtro: sí, la gente puede hacer cosas o usar palabras que una marca no haría o diría. Son las reglas del juego y es parte de la autenticidad en su forma más pura. Las historias reales contadas por usuarios reales resuenan más.

2. Miedo a la comparación: puede pasar que algún usuario te compare con otra marca. ¿Y? Si tu producto es bueno, no tengas miedo. Y las audiencias no son tontas, saben que las personas somos subjetivas, tenemos gustos y nadie tiene la última palabra sobre un producto.

3. Miedo a que publicará: ¿usará mal el producto? ¿Dirá algo que no es 100% adecuado? Es una gran oportunidad de involucrarte en la conversación, enseñar o divertirte y mostrar transparencia, generando confianza.

 

¿Cómo implementarlo?

¿De qué lado del mostrador estás? Comunicaciones de Marketing o Comunicaciones Internas. Bueno, te damos ideas para los dos:

Para comunicaciones de marketing:

* Concursos y promociones: creá incentivos para que compartan sus experiencias. * Espacios de feedback: implementá formularios donde los usuarios puedan compartir sus opiniones, y vos difundirlas. * Controles de caso de uso: pedile a los usuarios que filmen o publiquen videos sobre cómo usan tu producto. ¡Te vas a sorprender! * Desafíos creativos: involucrá a tu audiencia a crear contenido original que se ajuste a tu identidad. Esto es más trabajoso, pero con incentivos adecuados, la gente participa. * Y, en todos los casos, mostrá agradecimiento: un simple comentario o retuit puede marcar la diferencia.

Para comunicaciones internas:

* Invitá a participar de acciones: creá convocatorias simples, horizontales y claras. Desde hashtags hasta mostrar cómo se vive tal o cual política o beneficio, brindá a tus empleados una razón para compartir contenido. * Facilitá el proceso: proporcioná guías visuales o temáticas, pero dejá libertad creativa. Un equilibrio entre dirección y espontaneidad asegura calidad sin perder la frescura del contenido. * Promové, agradecé y reconocé: cuando un empleado genera contenido, destacalo. El reconocimiento motiva a otros a participar y refuerza el sentido de comunidad.

 

Hablemos de dinero.

¿Tenés mucho presupuesto? Qué suerte: podés usar al UGC como complemento de campañas más grandes. Mientras que las comunicaciones tradicionales hacen lo suyo, el UGC crea comunidad, complementa y llega a otras audiencias más difíciles de alcanzar.

¿No tenés mucho presupuesto? No pasa nada: hacé del UGC una filosofía de marca. De hecho, podés redefinir la forma en que interactuás con tu público.

Ejemplos sobran: desde la colaboración de LEGO con su comunidad para diseñar nuevos productos, hasta los fans de Starbucks compartiendo sus combinaciones personalizadas. Estas marcas no solo usan UGC, lo integran como parte de su ADN, e incentivan la participación de usuarios, que las posiciona en el centro de las conversaciones culturales.

 

Mucho o poco, no importa: que sea siempre.

Por si pensabas que era un nuevo espejito de colores, pues no: el UGC no es una moda pasajera. La próxima vez que planifiques una campaña, preguntate: ¿cómo puedo empoderar a mi audiencia para que escriba conmigo esta historia? Arriesgate. Probá. No pasa nada si no funciona; es parte del ensayo-error de todo lo que se hace en las redes. En un mundo saturado de mensajes, las voces auténticas tienden a destacar. Vale la pena correr el riesgo.

¿Opiniones?

Gracias por leer este Gratia snack. ¡Ahora andá a crear algo increíble!

Para un deep-dive de este artículo, visitá el episodio del podcast.

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Data Storytelling: el “Había una vez…” de la Comunicación Interna.

En Gratia tenemos un super equipo de Analítica, pero en realidad, es un equipo de storytellers que cuentan historias basadas en datos. Aunque éstos no dicen nada si no están contextualizados dentro del propósito de la empresa, la estrategia de CCII y la experiencia de los colaboradores: siempre son parte de una narrativa más amplia.

¡Ah, pero yo tengo dashboards para todo! Felicitaciones, pero no alcanza. Un dashboard es maravilloso para mostrarte datos, pero no necesariamente para relacionarlos.

Un ejemplo super básico: si en el indicador de velocidad del auto leés 130 km/h, es un dato. Ahora, ¿estás en una ruta o en una ciudad? Ese mismo número, en el contexto, puede ser tranquilizante o alarmante. Y si lo relacionás con otros, como si tenés sueño o no, si es de día o de noche, o cualquier otra cosa que genere sentido, recién ahí el dato te permitirá tomar decisiones.

En este snack 🍉 te compartimos algunos criterios para que puedas encontrar datos útiles, relacionarlos, crear narrativa consultiva y agregar mucho más valor que lo que haría un dashboard.

El poder de contextualizar.

Para que un dato realmente cuente una historia, debe tener contexto. Los números sin explicación generan más preguntas que respuestas. La tasa de apertura de los correos electrónicos internos puede parecer impresionante, pero ¿qué significa eso para el compromiso de los colaboradores? ¿Cómo impacta en la productividad? ¿Contribuye a la cultura organizacional? ¿Cómo unimos mensajes con conductas? ¿Cómo relativizamos índices con situaciones o momentos-empresa? Los datos deben ser presentados dentro del marco de la estrategia de la empresa para que tengan sentido.

Por ejemplo, si una campaña interna busca mejorar el bienestar de los colaboradores, los datos deben mostrar cómo las iniciativas de bienestar están mejorando los niveles de estrés, la satisfacción laboral y la retención de talento. Sin esta conexión clara, los números sólo parecen cifras aisladas sin ninguna implicación real.

Elegir métricas de múltiples fuentes, que tengan sentido y se puedan relacionar.

El uso de métricas clave es estratégico. No sólo hay que considerar las de comunicación, sino buscar otras que se relacionen con efectividad de las campañas: pueden ser del área de RRHH, de ventas, de Talent Acquisition, de marca empleadora, hasta de Seguridad e Higiene. Algunas son más útiles que otras para medir el éxito pero, a priori, no descartes ninguna, porque cualquier indicador que pueda ser influenciado por campañas de comunicación, debe ser considerado. Aquí es donde trabajamos junto al cliente y sus equipos de datos para seleccionar las métricas correctas que permitan entender los efectos de las comunicaciones y se alineen con las prioridades estratégicas de la organización.

Por ejemplo, en lugar de medir sólo la cantidad de posteos en alguna red interna, o la tasa de apertura de correos electrónicos, los líderes de comunicación deben enfocarse en indicadores como la participación activa, el nivel de feedback de los colaboradores, la efectividad de las campañas en la mejora del ambiente de trabajo o el impacto en la retención. Estas métricas, cuando se presentan en una narrativa adecuada, pueden ayudar a demostrar un ROI claro para la comunicación interna.

Llegando al C-Level: la narrativa como puente entre los datos y la estrategia.

Los datos arrancan de abajo, la información sube y el conocimiento llega arriba. La verdadera magia del data storytelling ocurre cuando los datos se colocan dentro de aprendizajes y una narrativa que resalta su relevancia en la estrategia. No se trata de mostrar un aumento en la participación de un programa interno, sino de contar la historia de cómo ese aumento influyó en el engagement o negocio, o mejoró la rotación, por ejemplo.

Al conectar los datos y las causas y efectos con las metas estratégicas de la empresa, podés demostrar cómo tus acciones están impulsando el éxito organizacional. Por ejemplo, al mostrar cómo una mejora en la comunicación interna redujo los tiempos de resolución de conflictos, no sólo estás demostrando un cambio operativo, sino que también estás ilustrando el impacto positivo en la experiencia laboral.

Lo obvio: la transparencia.

Sabemos que los éxitos tienen muchos padres y los fracasos siempre son huérfanos. Pero si una campaña no tuvo los resultados esperados, ¡no la dibujes! Los datos pueden ayudarnos a indagar qué funcionó y qué no, y descubrir patrones a repetir o a evitar. Mostrar tanto los éxitos como los fracasos, y cómo se está utilizando la analítica para aprender y mejorar, fortalece la reputación del equipo de CCII. Un equipo que demuestra transparencia y usa los datos para mejorar continuamente es un verdadero activo estratégico para el C-Level.

La bola de cristal y los datos predictivos.

¿Vos sabés lo que pasará en el futuro? ¡Nosotros tampoco! Pero, a medida que la tecnología y las herramientas de análisis avanzan, podemos analizar patrones y tendencias pasadas para predecir futuros comportamientos. Por ejemplo, el análisis predictivo podría ayudar a identificar qué tipo de comunicación interna será más efectiva para ciertos grupos demográficos dentro de la organización, lo que te permitirá personalizar los mensajes y mejorar la relevancia.

El data storytelling no termina con la creación de una narrativa convincente. El verdadero poder radica en lo que hacés con esa información después de haberlos contextualizado dentro de tu estrategia. Aquí es donde entra el concepto clave del “del dato al insight y del insight a la prescripción”. Separemos las cosas:

Del dato al insight.

Cuando se analizan a fondo los datos y se interpretan en relación con el entorno, los objetivos estratégicos y la experiencia de los colaboradores, se transforman en insights valiosos. Un insight es mucho más que una simple cifra: es una revelación. Acá es donde debemos usar el máximo pensamiento crítico posible, buscando no sólo lo que los datos dicen en la superficie, sino también lo que nos pueden enseñar sobre el comportamiento y las necesidades de los colaboradores.

Del insight a la prescripción… y al aprendizaje constante.

Este paso es el que realmente cierra el ciclo del data storytelling. Los insights contemplativos no alcanzan; deben convertirse en acciones tangibles y concretas que puedan afectar la forma en que la organización se comunica con sus colaboradores, los conecta con la cultura e influye en sus comportamientos.

Este enfoque transformador va más allá de los simples cambios operativos: implica un proceso continuo de ajuste y aprendizaje. A medida que se aplican las prescripciones derivadas de los insights, los datos comienzan a mostrar los resultados de esas acciones. Con el tiempo, este ciclo de feedback permite a las organizaciones mejorar continuamente, refinar sus estrategias de comunicación y hacer que cada interacción con los colaboradores sea más relevante y menos spameante (¿existe la palabra?).

Gracias por leer este Gratia snack. ¡Ahora andá a crear algo increíble!

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