Hoy, en Gratia nos levantamos picantes, así que a este snack lo arrancamos con una ráfaga 💥💥💥💥 de factos:
💥El cementerio está lleno de marcas que durante décadas fueron indiscutibles.
💥Lo que te trajo hasta acá no necesariamente te llevará hasta el futuro.
💥Se acabó eso de que el grande le gana al chico; ahora es el ágil quien le gana al lento, independientemente del tamaño.
💥No todas las marcas pueden crear el futuro inventando el cambio. Si es tu caso, maravilloso, pero ésta no es la realidad de la mayoría.
💥Todas las marcas sí podrían anticiparse a lo que viene, no sólo para sobrevivir sino para prosperar.
💥Las marcas que sobreviven son las que mejor entienden el cambio, lo integran en su ADN y lo convierten en ventaja competitiva.
Listo, dejamos el cañón humeante, pero recién estamos calentando para charlar sobre cómo anticipar tendencias y adaptar la estrategia de branding para asegurar la relevancia y el éxito a largo plazo.
Empecemos.
A todos nos pasa: el día a día nos devora, sin embargo, anticiparse a las tendencias futuras es lo más estratégico que existe, porque implica saber adaptarnos y cambiar para asegurar la relevancia a largo plazo. Por eso, construir una marca preparada para el futuro no debería ser una opción sino una obligación y hasta un job description para cualquier gerente de Marketing (o agencia que lo acompañe… holis…).
Habiendo dicho eso, acá te compartimos algunos accionables para que puedas anticipar tendencias, diseñar marcas más resilientes y prepararte para los desafíos del mañana sin perder de vista las necesidades del presente.
Dejá de ser reactivo: convertite en un futurista pragmático.
En otras palabras, complementá tu cabeza para observar el futuro a través de múltiples lentes, asumiendo que no te las sabés todas y estás lleno de sesgos. Es vital pedir ayuda a personas o consultoras para analizar tendencias desde diferentes disciplinas: tecnología, sociología, economía, cultura, sostenibilidad, antropología, etc.
Quizá sea buena idea crear un “trend council” o think tank dentro de tu empresa: un equipo multidisciplinario que identifique y analice señales emergentes (cada cierto tiempo, mínimo dos veces al año, aunque puede ser más frecuente, dependiendo de tu industria) y lo use para tomar decisiones. Esto es porque una marca future-proof no espera al cambio; lo va moldeando, a su escala y en su industria. Este “trend council” debería usar la prospección estratégica para crear productos y analizar el branding y la propuesta de valor de la marca. Hay un montón de metodologías para ello; una bastante conocida es el análisis P.E.S.T.E.L. (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológico y Legal) o tendencias de macrocambios culturales: algo que hoy puede estar alejado de tu marca, mañana la puede matar o beneficiar.
También, prestale atención a tus indicadores o patrones de consumo. ¿Están cambiando, hay algún insight de preferencias de los consumidores? Tratá de conectar cada tendencia que encuentres con tu propia realidad, para entender si dicha tendencia puede ser neutra, beneficiosa o perjudicial. Con eso, estarás siempre un paso adelante.
La big data no reemplaza la intuición. Hasta la puede anular, ¡cuidado!
Acabamos de decir que hay que informarse mucho con múltiples fuentes y, para eso, la big data es fundamental; pero confiar ciegamente en ella puede llevarte al estancamiento. Lo cuanti no siempre muestra lo cuali. Las marcas más resilientes combinan análisis cuantitativo con un entendimiento cualitativo de su audiencia. Está buenísimo usar los datos para entender patrones, pero sin dejar de invertir en entender las emociones detrás de esos patrones.
Las métricas tradicionales, como el reconocimiento de marca o el NPS, seguirán siendo relevantes, pero el futuro del branding exige indicadores más profundos. ¿Cómo se mide la adaptabilidad o la relevancia cultural? Hay algunas métricas a explorar, como el índice de resonancia cultural (mide qué tan bien conecta tu marca con los valores emergentes de la sociedad) o el índice de colaboración (mide qué tan dispuesta está tu comunidad a participar en co-creación de productos). Investigalas.
Por definición, el futuro es lo que no existe. Los datos son el pasado y sólo es la intuición la que crea lo nuevo. Dale espacio a tu equipo para experimentar, probar y arriesgar en terrenos desconocidos.
Amamos esta frase hermosa: la innovación nace de la intuición informada.
Un ejemplo es el de Patagonia, que construyó su narrativa en torno a la sostenibilidad mucho antes de que fuera un “must-have”. Esto partió de una intuición y convicción, no de big data. Hoy, este enfoque les otorga relevancia en un mundo hiperconsciente del cambio climático.
Pensá en ciclos, no en linealidad.
Las estrategias de branding tradicionalmente se plantean de forma lineal: investigación, implementación, evaluación. Pero el futuro demanda ciclos iterativos y constantes ajustes. El caso de Netflix es super conocido: de alquiler de DVDs a streaming, y ahora productora de contenido propio. Su estrategia de marca viene evolucionando al ritmo de las demandas del mercado.
¿Podés aplicar algo similar a tu marca? ¿Podés resolver distintas necesidades o amplificar tu propuesta de valor?
¿Cuán adaptable es tu narrativa? ¡Hacela lo más flexible posible!
La rigidez mata. Construir una narrativa que pueda evolucionar sin perder su esencia, es clave para la longevidad. Las marcas que sobreviven al cambio entienden que el storytelling no es estático sino modular, y se va adaptando a todas las generaciones. El famoso Just Do It de Nike resuena con audiencias tan diversas como activistas sociales y atletas de élite, sin perder coherencia.
Acá el secreto es definir valores universales claros que sirvan como tu “norte verdadero”. Esa universalidad le permitirá a tus campañas y mensajes ser lo suficientemente flexibles para ajustarse a distintos contextos culturales o tecnológicos.
Una buena idea es establecer puntos de evaluación periódicos para revisar tu posicionamiento y ajustar tu narrativa. ¿Sigue resonando tu mensaje? ¿Estás comunicando con el mensaje correcto? ¿La propuesta de valor y el tono de mi marca siguen siendo relevantes para las nuevas generaciones?
De lo transaccional a lo transformacional: el branding como experiencia viva.
Algo fundamental para cualquier marca que quiera seguir existiendo en el futuro: disolver los silos de la experiencia cliente. Diseñá o reconfigurá tu estrategia desde una perspectiva de experiencia total. Pensá en cada interacción, desde un post en redes sociales hasta el empaque de tu producto, como un momento para sorprender y conectar emocionalmente con tu audiencia.
Ya no basta con tener un logo bonito y una promesa aspiracional; las marcas más exitosas del futuro serán aquellas que no sólo vendan productos o servicios, sino que creen experiencias transformadoras y coherentes. Los consumidores cambian sus hábitos de compra hacia marcas que ofrecen experiencias personalizadas.
Construí comunidades, no sólo audiencias.
Con toda la tecnología que tenemos a mano, ¿en serio no estás escuchando a tus clientes para mejorar tus productos y servicios? ¿En serio no los involucrás en el I+D? El éxito se redefine en términos de comunidad: el branding del futuro no consiste en hablar, sino en escuchar y co-crear con tus usuarios.
Las comunidades generan lealtad y otorgan a tu marca un carácter humano que las estrategias tradicionales no pueden replicar. Por ejemplo, Lego permite a sus fans contribuir con ideas para nuevos productos a través de su plataforma LEGO Ideas, uniendo creatividad colectiva con innovación de producto.
Podés empezar creando espacios donde tus consumidores puedan interactuar directamente con vos y entre ellos. Podés premiar y destacar las contribuciones de tu comunidad, para reforzar el sentido de pertenencia. Hacelos sentir parte de algo más grande.
Las marcas del futuro no serán sólo marcas; serán plataformas para construir comunidades. Esto significa ir más allá del cliente para incluir a colaboradores, partners y hasta competidores. ¿Por qué? Porque las marcas comunitarias son más difíciles de reemplazar, el cliente siente que se las adueña y generan lealtad a largo plazo.
Sé la marca que educa, enseña y evoluciona.
Podríamos pensar que esto le toca a la marca líder, pero también cualquier marca puede (y debe) hacerlo. Las marcas que invierten en educar a sus audiencias no sólo fortalecen su autoridad, además crean un vínculo de confianza. Podés crear tutoriales, usar expertos, ayudar con troubleshootings, ser la primera que explica lo nuevo.
En definitiva, desarrollá contenido de alto valor que eduque a tu audiencia y resuelva problemas concretos. Los blogs, webinars y newsletters siguen siendo herramientas poderosas cuando se hacen bien (¿qué opinás del nuestro?).
La tecnología puede ser una aliada, o una bolsita de espejitos de colores.
Mil veces nos dicen “che, salió tal red, ¿armamos el perfil?”.
“No necesariamente”, respondemos. Una marca preparada para el futuro utiliza la tecnología de forma estratégica. El branding no se trata de acumular gadgets o subirse a todas las plataformas emergentes. La clave es entender cómo las tecnologías actuales (IA generativa, blockchain, metaverso) pueden amplificar los valores centrales de tu marca y la experiencia del usuario. Y lo que no sirva, no usarlo. Sentido común.
La sostenibilidad ya no es opcional.
Los consumidores ya no sólo quieren que las marcas vendan productos; quieren que tengan un impacto positivo en el mundo. Según PwC, algunos consumidores dicen que están dispuestos a gastar un 9,7% más, en promedio, en bienes producidos o de origen sostenible, ya que casi nueve de cada diez (85%) informan que experimentan de primera mano los efectos disruptivos del cambio climático en sus vidas diarias. Hoy no basta con “verse verde”, porque las audiencias son cada vez más expertas en detectar el greenwashing o cualquier otro washing.
La solución es ser reales, y transformar la sostenibilidad en una parte genuina de tu ADN. Sólo a partir de eso vas a poder comunicar con transparencia y sin riesgos de que alguien descubra que exagerás, ocultás o mentís. Es mejor decir que estás trabajando en desafíos para ser completamente sostenible y compartir tus planes de mejora, que dar a entender que sos la Madre Naturaleza hecha empresa.
Tené en cuenta que la sostenibilidad ya no es una ventaja competitiva; es un estándar esperado. Sin embargo, no cualquier acción verde servirá. Las marcas que realmente prosperarán serán aquellas que alineen sus esfuerzos de sostenibilidad con su propósito. Volvemos a usar a Patagonia como ejemplo: no sólo vende ropa, además vende la idea de cuidar el planeta y sus acciones y management están en total coherencia con ese propósito.
Y para cerrar, comprate una bola de cristal. No, mentira: preparate para el futuro, pero no olvides el presente.
A esta altura del snack de Future-proofing asumimos que nadie cree que es posible predecir el futuro con exactitud, porque siempre habrá imprevistos o cisnes negros. Pero eso no quita que haya que abandonar toda prospección, lo obligatorio es ser lo suficientemente prospectivos para adelantarse (aunque sea un poquito) para cuando ocurra lo previsible.
Una marca preparada para el futuro es una marca viva: evoluciona con propósito, escucha a su audiencia y lidera (o se auto-lidera) en vez de reaccionar. Por eso, es super importante que los equipos de Producto y Marketing piensen en el futuro como un ejercicio dinámico, constante, como parte de lo cotidiano. Si no lo estás haciendo, bueno, ya sabés por dónde empezar (chau bola de cristal, fuiste un lindo adorno hogareño, snif snif)..
Gracias por leer este Gratia snack. ¡Ahora andá a crear algo increíble!
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